COPULACIONES POCO CONSEJABLES
Hay días, de vez en cuando, en los que no ocurre nada digno de contar, ni siquiera algo entretenido. Hoy, el 30 de marzo, está resultando ser uno de esos días… Me pregunto si la culpa es mía o del día. Creo que no sería correcto culpar al día, así que supongo que seré yo. Quizás esté de ese tipo de humor…y eso me hace pensar que si hoy soy capaz de escribir algo medianamente decente, entonces puedo hacerlo cualquier día.
Por la mañana paseé río arriba con los perros, como suelo hacer todas las mañanas. Había otro sapo muerto en la piscina, siempre es descorazonador, aunque tengo la impresión de que a los sapos les gusta así; parece formar parte de su ciclo. Esta muerte acuosa a menudo va acompañada de una especie extraña de copulación, se enganchan tres o cuatro sapos más pequeños al cuerpo hinchado del sapo muerto, formando una piña en el agua.
Esta manera de copulación no es al gusto de todo el mundo. Agradecería a cualquiera que sepa lo que realmente está ocurriendo allí abajo que me informe, iluminándome así las tinieblas de mi ignorancia.
Me hizo pensar en Woody Allen diciendo “lo que tiene el sexo es que cuando es bueno es muy bueno y cuando es malo…también está bastante bien.”
Quizás los sapos lo vean de esa manera… o las arañas, de las cuales la hembra, en muchos casos, se acaba comiendo al macho. Una búsqueda rápida en las zonas más turbias de Internet demuestra que hay cosas mucho peores que te pueden ocurrir. Pero mejor no empecemos con ese tema.
Mientras paseaba río arriba meditando sobre los placeres y los peligros de la copulación, escuché un ruiseñor en los tamariscos, el primero del año. Apuntando las orejas hacia el lugar, no veía por donde andaba y pisé una desafortunada culebra que tomaba el sol cerca del agua. Con una palabrota silenciosa salió de debajo de mi chancla y se deslizó como un rayo río adentro.
Todo lo que lees te recomienda calzarte sensatamente con unas resistentes botas de montaña en los terrenos montañosos, pero menos mal que no lo hice, o se hubiese cerrado el telón para esa pobre culebra. Eso demuestra que no hay que creerse todo lo que uno lee.