Entre Limones
En el noventa y seis me convencieron, muy en contra de mi mejor juicio, para que escribiera un libro sobre nuestras experiencias viviendo en un cortijo en las montañas de Granada. Los 25 años anteriores me había ganado la vida como esquilador de ovejas, y mi adversión a escribir el libro se debía, en principio, a que, a mi parecer, esquilar ovejas no era la preparación más adecuada para la profesión de escritor. De todas maneras soy fácil de manipular, así que durante tres años me puse a ello y conseguí “Entre Limones”.
Me encantó el proceso de escribir. Todo salió de mi memoria; al no haber tenido ni la más mínima intención de escribir sobre nuestras experiencias, no había tomado ninguna nota. En el noventa y nueve se publicó el libro y, sorprendentemente tuvo bastante éxito. Hasta el día de hoy han sido vendidas casi un millón de copias. Hostia, un millón de copias… piensa en ello…
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Mark Ellingham y Nat Jansz de los Rough Guides –los amigos que me convencieron para que escribiera- montaron su propia editorial, Sort Of, para publicar mi libro. Sort Of era, y seguramente lo sigue siendo, la editorial más pequeña del mundo. En aquellos entonces eramos Mark, el editor; Nat, la redactora; y yo, el escritor. Ahora hemos tirado la casa por la ventana y también tenemos a Miranda, que viene los jueves por la mañana para ocuparse de la contabilidad… Así van progresando las cosas.
En cuanto a “Entre Limones”, bueno, pues cuenta cómo Ana y yo nos buscamos una vida con un poco más de aventura de la que se podía encontrar en ese momento junto a una autovía cerca del aeropuerto de Gatwick.
La aventura nos llevó al sur de España, a Andalucía, donde encontramos un cortijo abandonado en la Alpujarra, al otro lado de las montañas de Granada. Nos asentamos, tuvimos una hija, Chloé, y nos buscamos un modo de vida un tanto precaria pero interesante.
Aunque haya gente amable que ha calificado a mi libro de “encantador” he intentado no crear una imagen demasiado romántica, incluyendo el calor, las moscas y el polvo sin olvidar los percances, las catastrofes y las desilusiones que siempre vienen asociadas a empresas de tal majadería.
Y, por supuesto, todo es verdad. También es gracioso, y si el libro tuviera un mensaje –que espero que si lo tenga- sería que la risa es la mejor manera de manejar la adversidad.